No se sabe si es rencor
o mala uva la suya,
pero ni un solo año pasó
sin poner su perogrulla.
Lo suyo es la ofensa
y molestar al creyente,
por eso monta un Belén
que solo lo tiene su mente.
Aquí me pones la Virgen
y el niño se le perdió,
o mejor se lo quitamos
los que no vemos a Dios.
Dice su diseñadora
que luego de mucho pensar,
se acordó de aquellos trastos
que quiso un día guardar.
Un Belén es algo Santo
que queremos recordar,
es la vida de Dios mismo
que al hombre vino a salvar.
Pocos son los que lo ignoran
Y muchos los que lo saben,
pero aún nos quedan gentes
que prefieren ocultarle.
Ama tú como Él te ama
Y da la vida por Él,
mira que siendo tan grande
Se hizo pequeño en BELÉN.
María Jesús Alcázar Martínez