EL FULGOR
Sorprendente luminosidad,
tan creativa como hiriente,
el girasol no deja de girar,
hasta la locura impaciente.
Las orquídeas y su belleza,
ante esta ráfaga de resol,
se marchitan en su esencia,
con quejido, dolido de Dios.
Estrellas que de él gozáis,
junto con la plácida luna,
sabed que poderes tenéis,
el hombre implora “lluvia”.
Fuego terrorífico y abrasador,
devoras las lozanas plantas,
y los animalillos en su dolor,
agonizan en medio de llamas.
El fulgor del verano de sol,
es un poder del Universo,
yo rezo con gran devoción,
y le vivo con desconcierto.