El pasado día 13 de junio nos dejaba nuestra vecina Josefina Ayuso García-Fraile, con 94 años. Nacida en los años 20, era una de las poquísimas personas que aún quedan en Villarejo nacida en aquella década, por cierto, la última de la que quedan supervivientes en nuestro pueblo. Según el último censo apenas si hay un centenar de personas en Villarejo nacidas en aquella década (1921-1930) y NADIE anterior a 1921.
Por poner en perspectiva temporal la larga vida de estos cuasi centenarios héroes y sobre todo heroínas (la mayoría son mujeres), tenemos que comprender que algo tan lejano como la Guerra Civil Española no sólo la vivieron en primera persona, sino que lo hicieron con plena consciencia, siendo adolescentes, que su juventud coincidió con la II Guerra Mundial, y que llegaron a vivir la Transición Democrática (1975), con nada menos que 40 años cumplidos en muchos casos... Se dice pronto. Estas personas que vivieron casi todo el siglo XX y ya gran parte del XXI, constituyen un verdadero testimonio histórico en vida, ya que han sido testigos de unos cambios tecnológicos y sociales sin precedentes en la historia de la humanidad.
Son los últimos testigos privilegiados del cambio radical de un pueblo, Villarejo, que antaño vivió de la agricultura y de la ganadería casi exclusivamente, y nos pueden hablar con propiedad de las más antiguas técnicas agrícolas, porque no sólo las vieron, sino que las trabajaron y vivieron de ellas durante buena parte de sus vidas. En un campo cada vez más motorizado y automatizado hoy, resulta difícil concebir que aún sigan vivas personas que trabajaron la tierra con la ayuda animal: las mulas, los bueyes; o que segaron el cereal con sus propias manos, en jornadas interminables de trabajo, durante largos años, mucho antes de la aparición de los tractores o las cosechadoras.
Hace un tiempo, en el año 2009, Encomienda publicaba unos interesantes reportajes de tradiciones históricas como la matanza del cerdo o las olivas, que se realizaron gracias entre otros, a la información y las aportaciones de Fina. Sus colaboraciones no se quedaron ahí, ya que en la redacción tenemos material suficiente para más trabajos que no llegaron a publicarse en la revista Encomienda de papel, pero que sacaremos en cuanto sea posible en la web.
Junto a estas líneas publicamos algunos escritos que nos han llegado en su memoria, así como los artículos de La Matanza y de Las Olivas, que se publicaron hace algo más de 10 años en la revista Encomienda. Fina, allá donde estés, muchas gracias por todo tu amor, tus enseñanzas, consejos, y en este caso, por estos valiosos testimonios, gracias al cuales siempre recordaremos de dónde venimos y cómo vivieron nuestros abuelos, bisabuelos y ancestros. D.E.P.
Qué triste me resulta escribir estas líneas de despedida para ti, Fina mi "otra" abuela... Qué suerte la mía tener tres abuelas... Mi amiga, consejera, buena persona y gran mujer. Siempre atenta, amable, generosa con todos.
Hoy quiero decirte que estoy muy contenta de haberte conocido, de entrar en tu familia, de compartir parte de mi vida contigo.
D.E.P MI QUERIDA AMIGA. Un abrazo para tu familia
Marimar Martín Hernández
Naciste solo a pocos años
De vivir una vida muy intensa
Pues has vivido la historia de España
Muchas crisis economicas
Una transición, una guerra
Y también una posguerra
Una luchadora incondicional
De las que curtio su piel con sudor
Trabajando dura mente en el campo
Cuando se trabajaba de sol a sol
Muchisimos momentos vividos
Desde que tengo uso de razón
Vecina de las de toda la vida
Llena de alegría y mucho amor
No hay familia que haga tanto
Como con nosotros hacías de corazon
Por eso te digo lo de Luchadora
Porque nunca te arrugabas ante nada
Luchaste tanto por Daniel
Desde que le cogió el tractor
Y su enfermedad la mente
Poco a poco a él lo abandonaba
Los veranos ya no tienen tantas flores
Sobre todo en la calle Mayor
Pues va perdiendo esa esencia
Al irse yendo su gente mayor
Esos que en el corpus cristi
Montaban la mesa con ilusión
Querida vecina para nosotros fina
Hace poco tiempo que nos has dejado
Hechare mucho de menos
El llamarme guarro por no haberme afeitado
Ya que sin ser familia ninguna
Te has hecho querer y te hemos respetado
Más que muchos familiares directos
Qué de buenos consejos nos has llenado
Espero que cuando llegue mi dia
Poder darte un gran abrazo
Fco. Javier Bonilla Serna