Museo del Cine

Aportaciones españolas a la evolución del cine (II). Padre Tobar

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Mariano Diez Tobar (1.868-1.926) fue un fraile de la congregación de San Vicente Paúl,  que destacó como inventor autodidacta, a quien se le relaciona con el nacimiento del cinematógrafo, del que algunos autores afirman ser su precursor.

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Foto Padre Tobar (el de la derecha). Cortesía de BurgosConecta.

En 1.882, a sus catorce años, ingresó en el Seminario de Sigüenza (La Ciudad del Doncel, donde este autor se inició en el bachillerato ingresando en 1.968 como alumno interno en el Colegio de la Sagrada Familia). En 1.889, presbiterado y profesor, ya muestra su interés por la proyección de imágenes en movimiento, y en 1.892 pronuncia una famosa conferencia en la que describe el funcionamiento del aparato cinematográfico y sus aplicaciones (Téngase en cuenta que al cinematógrafo se le vinculó desde sus inicios con la enseñanza, e incluso la mayoría de las casas fabricantes diseñaron algún aparato especial y exclusivo para ser utilizado en la docencia).

Se afirma que este ingenioso monje (que tampoco fue ni el primero ni el último en investigar los procedimientos de proyección de imágenes, primero estáticas y después dinámicas) mantuvo contactos con el ingeniero francés A. Flamereau, a quien posteriormente le encargaría un prototipo de su invención del que tuvieron noticias los Hermanos Lumière, que posiblemente se basaron en él para su gran invención. Esta relación hizo que el Padre Tobar fuera invitado a la Presentación del Cinematógrafo en Madrid, el día 13 de mayo de 1.896. También, entre sus numerosos inventos se encuentra el llamado ICOCINÉFONO, otra máquina capaz de sincronizar el sonido con la imagen. Por consiguiente  en las redes sociales se le define como precursor del cinematógrafo, aunque el nacimiento del cine fue mucho más largo, complejo y científico.

Se afirma que el Padre Tobar aportó los conocimientos iniciales para  el nacimiento del cine, mientras que los Lumière aportaron la película.  Los Lumière  contaban con la mayor fábrica de placas fotográficas de Europa y disponían de una red de distribuidores e ingenieros que barrían el continente. Por consiguiente estaban muy informados de cuanto ocurría respecto a la fotografía y la posterior imagen animada. Sabían que había demasiados contendientes en la llamada Guerra de las Patentes, que todos estaban influenciados por los descubrimientos de sus opositores, y que todos intentaban llegar los primeros a la meta del cine. Ellos mismos para lanzar su cinematógrafo se basaron en los descubrimientos cronofotográficos predecesores del cine, en el KINETOSCOPIO de Edison y en la máquina de coser. Es decir, estaban al corriente de todo tipo de  información que luego cribaban para conseguir sus fines, por consiguiente todo nuevo descubrimiento  forzosamente hubo de influir  en quienes perseguían el mismo objetivo.

Un error es afirmar que los Lumière aportaron la película, porque ésta fue obra e invención de Edison, que la patentó en 1.892 en formato de 35 milímetros y con cuatro perforaciones laterales en cada fotograma, aprovechándose también de otras invenciones anteriores. El trozo de película que aparece  junto con  el proyector de este ingenioso cura, no es el de Lumière, con una perforación redonda entre cada fotograma, sino el de Edison, que se hizo universal. Además el hecho de aparecer en los fotogramas una dirección de París, se interpreta como un regalo de Louis Lumière, pero en aquellos años (ya extendido el cine) películas y proyectores franceses invadían los cinco continentes, y la ciudad de París aparecía por doquier como cuna del cinematógrafo, incluso restando protagonismo a Lyón, sede de los Hermanos Lumière.

catalogo original 1.895 lumiere type copia

También se dice que es muy difícil que el Padre Tobar comprara un proyector porque era material muy caro que un monje no podía adquirir. Es posible que encargara un prototipo al ingeniero francés, pero también existe la posibilidad de que, siendo un erudito en la materia, basándose en otros inventos, construyera su propio aparato. Tampoco fue el primero en obrar de esta manera, el propio Georges Meliés ante la negativa de venta de los Lumière,  tuvo que fabricarse su propia cámara, y en nuestro Museo del Cine disponemos de proyectores fabricados artesanalmente por torneros para evitar gastos inasumibles.

Respecto a su ICOCINÉFONO, en 1.895 Edison ya había acoplado su Fonógrafo a su Kinetoscopio, creando otro artilugio mixto al que llamó KINETÓFONO, si bien se fabricaron escasamente 45 unidades, fue un fracaso comercial, y la sincronización entre película y sonido era casi imaginativa.

Por último se justifica la invitación al Padre Tobar a la primera sesión de cine en Madrid con la influencia de éste hacia los grandes inventores.  Hemos de suponer que dicha invitación obedecía a su ingenio y, por ende, a la consideración hacia él mostrada a través del ingeniero y representante Flamereau, pero ello no implica necesariamente esa afirmación.

Sobre los artilugios del Padre Tobar  que se muestran en el Museo Etnográfico de Los Milagros de Baños de Molgas en Orense, observamos lo siguiente:

-La lámpara de Arco Voltaico o eléctrico de tijera que se muestra la fabricó la casa Pathé a partir de 1.900 y, al principio, se vendía junto con el puesto de proyección Lumière. Posteriormente se comercializó durante veinte años más.

-La linterna de arco también es una Pathé Freres de la misma época, que formó parte del puesto completo Lumière tras la Boulade, fabricada por  Jules Carpentier (técnico e ingeniero de los Lumière) y la Molteni. Todas son similares y con lámpara de arco.

-El aparato que se afirma fue un regalo de Louis Lumière al Padre Tobar, es una ampliadora fotográfica que se fabricó entre 1.910 y 1.930, quizá con diversos acoplamientos domésticos.

-La película que acompaña al proyector es la de cuatro perforaciones laterales por fotograma que también adaptaron los Lumière y el cine en general, convirtiéndose en formato estándar profesional durante 120 años.

-Respecto al crono-proyector –principal artilugio mecánico que se muestra- está fabricado según estilo y parámetros de los años 1.905 – 1.925. Desconocemos la marca pero es muy similar a otros de la época. Destaca su obturador trasero, muy inusual, y el clásico portaobjetivos de cremallera. Podría ser una reproducción artesanal de un proyector de 35 milímetros basado en los parámetros de esos años iniciales del cine.

En resumen: El Padre Mariano Diez Tobar debió de ser un erudito del cine en sus primeras etapas. Estudió la estructura y aplicaciones del cinematógrafo, y se propuso bien mejorarlo para su uso personal o general, bien adaptarlo a la enseñanza.

Es probable que llevara a la práctica sus conocimientos diseñando sus propias piezas o encargando su fabricación a dicho ingeniero francés pero él, como buen monje coherente con sus pensamientos, no pretendiendo con sus inventos beneficio alguno, no solamente no registró ninguna patente, sino que ofrecía  sus experimentos o descubrimientos a quien pudiera llevarlos a cabo.  Tampoco él tenía esa posibilidad, debido a la falta de estructura y a la desconfianza de sus superiores, que no veían claro los beneficios espirituales  del cine respecto a sus ideas religiosas. Sus anotaciones y documentos también desaparecieron tras la Guerra Civil, por consiguiente sus aportaciones al cine no dejan de ser hipótesis.

Tampoco consideramos un justificante el hecho de haber sido invitado a la primera sesión de cine en Madrid. Este hecho demuestra que los Lumière, a través de su ingeniero, habían oído hablar de él y le tenían en estima, pero nunca sabremos si los famosos hermanos adquirieron o reflejaron en sus cinematógrafos  alguno de sus conocimientos.

2. cinematografo lumiere special 1.897 3 copia

Sea como fuere. El Padre Tobar fue uno de los primeros investigadores y estudiosos cinematográficos de España, un habilidoso autodidacta, y un hombre de bien que no tuvo el menor inconveniente en difundir desinteresadamente sus investigaciones para disfrute de los demás. Lástima que no tengamos ninguna prueba de cuanto sobre él se afirma para ponerle en el pedestal que merece.

P.D.  A pesar de cuanto aquí se dice, y siendo todo tan confuso, estamos abiertos a cualquier otra información fidedigna  que pudiera surgir al respecto y supusiera un cambio o una ampliación de nuestras conclusiones.

Carlos Jiménez
Director del MUSEO DEL CINE
Miembro de la Academia de las Artes y las ciencias Cinematográficas de España

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