Comunidad de Madrid

Eduardo, el juez de paz de la Democracia

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WhatsApp Image 2021 06 11 at 15.47.18El viernes 11 de junio de 2021, el Pleno Extraordinario del vecino Ayuntamiento de Morata de Tajuña concedió los honores municipales de “Hijo Predilecto” a D. Eduardo de la Torre Cantarero en reconocimiento a la gran labor que ha hecho por el municipio y por sus ciudadanos durante estos últimos 32 años, en los que ha ejercido como Juez de Paz titular. Con una trayectoria impecable y prestigio de general reconocimiento, ha conseguido que el Juzgado de Paz de Morata de Tajuña sea un referente por eficacia y organización. Es el primer Hijo Predilecto que nombra el Ayuntamiento de Morata en el período de la Democracia.

Las fotos de este artículo son del Facebook del Ayuntamiento de Morata de Tajuña y de nuestro redactor Moisés González.

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D. Eduardo de la Torre Cantarero fue elegido Juez de Paz titular de Morata de Tajuña por el Pleno municipal el 28 de abril 1989. Su nombramiento de Juez de Paz titular se ha ido renovando hasta la actualidad. Es de destacar que nunca ha recibido un voto en contra en las re-elecciones que se desarrollaban cada 4 años en los Plenos municipales compuestos por concejales de diferentes ideologías. Ha ejercido su cargo durante el mandato de cinco diferentes ediles. El último nombramiento fue el 15 de febrero de 2021. Debido a su longevidad (91 años) y sintiendo que sus condiciones físicas estaban mermadas, solicitó la renuncia de su cargo el 10 de mayo de 2021, aceptando el Tribunal Superior de Justicia dicha renuncia.

Sí, habéis leído bien: 91 años. No es solo un referente en la comarca y en la Comunidad de Madrid, debe haber sido el Juez de Paz más longevo y con tantos años de dedicación de toda España. Su historia y trayectoria merecen este artículo.

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El alcalde de Morata de Tajuña, Ángel Sánchez, dando los honores al homenajeado

SU VIDA

Eduardo nació en octubre de 1929, coincidiendo con la gran depresión de la crisis de la bolsa de Nueva York. Es un morateño de pura cepa, de padres morateños, que se dedicaban a la agricultura y el menor de 4 hijos. No llegó a conocer a su hermano Ricardo que falleció a los 3 años, pero convivió con sus queridos hermanos Valentín y Carmen hasta que fallecieron. Cuando estalló la Guerra Civil y debido a que en Morata de Tajuña la situación bélica era insostenible, la familia se trasladó al cercano municipio de Tielmes. Esos recuerdos de su niñez le marcaron para siempre y a día de hoy no soporta cualquier imagen, representación o recuerdo de esa maldita guerra. Esas desgarradoras vivencias infantiles le fueron labrando su carácter pacificador y talante conciliador que en el futuro tanto le han distinguido.

La agricultura era una actividad que no le gustaba. Fue formándose académicamente lo que le permitió conseguir un puesto de trabajo en las oficinas centrales de la prestigiosa empresa de la época Papelera Española. Se casó en 1955, coincidiendo con el cumpleaños de su esposa Carmen, otra morateña de pura cepa, y trasladaron su residencia a Madrid. Fruto de ese matrimonio nacieron sus dos hijos: Eduardo y Francisco Javier, y su hija María del Carmen. Cuando llevaba aproximadamente 30 años de trabajo en Papelera Española le ofrecieron las posibilidades de ascender con un traslado a la sede de Bilbao o la alternativa de jubilación anticipada. Optó por jubilarse anticipadamente. Sus arraigados vínculos con Morata de Tajuña, la situación familiar y el terrorismo del País Vasco, fueron determinantes en su decisión.

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Foto final del Pleno del acto del día 11 de junio de 2021

JUZGADO DE PAZ  DE MORATA DE TAJUÑA

Así que regresó a vivir a Morata de Tajuña. Era joven para seguir trabajando y decidió que quería ponerse al servicio de sus vecinos ante la vacante de plaza de Juez de Paz en el año 1989. Había una gran labor a realizar. A pesar de una dedicación plena le faltaban horas. En los comienzos no tenía ayuda de ninguna secretaría judicial. Fue organizando y encuadernando la documentación del Registro Civil y estudiando para ampliar y actualizar su formación jurídica en los pocos ratos libres que tenía.

El año 1999 fue un mal año para él, había tenido las alegrías previas de tener a sus hijos casados y los tres primeros queridísimos nietos Elisa, Álvaro e Irene, pero falleció su esposa. Fue el momento más amargo de su vida que fue superándolo poco a poco dedicándose más, si cabía, a mejorar el servicio que prestaba el Juzgado de Paz a los ciudadanos. El nacimiento de sus dos últimos nietos Moisés y Eduardo también ayudó a que se le fuera cerrando la gran herida de la muerte de Carmen que aún a día de hoy, 22 años después, permanece abierta.

El trabajo a realizar en un Juzgado de Paz es variopinto, simbólicamente retribuido. Hay que tener una gran vocación de servicio a los ciudadanos. Los jueces de paz no son meros colaboradores temporales sino auténticos protagonistas de la potestad jurisdiccional. Las funciones que tienen son diversas, lo que les obliga a tener gran dedicación. En resumen, tienen competencia en causas civiles, actos de conciliación, auxilio judicial en actos de comunicación, diligencias de embargo, exhortos, actos de conciliación, entrega de votos electorales, materias civil contenciosa, o en causas penales de carácter leve y limitadas. Muchas de esas competencias son desconocidas por la mayoría de los ciudadanos. Por las que todos conocemos el juzgado de paz es por la labor que realizan con el Registro Civil que tanto trabajo ocupa: bodas, bautizos, fallecimientos, etc.

Treinta y dos años ininterrumpidos dedicado a estas tareas, período en el que Morata de Tajuña ha aumentado la población en más de un 64%, de 4.800 a 7.847 habitantes. Se han celebrado más de 2.200 nacimientos, más de 1.000 bodas y, por desgracia, ha habido más de 3.300 fallecidos. Toda esta documentación gestionada en el Registro Civil ha pasado por las manos de Eduardo durante estos años.

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Eduardo de la Torre Cantarero momentos antes de ser nombrado Hijo Predilecto de Morata

El tiempo pasa rápido. Para cuantificar lo que representan 32 años hay que hacer, con toda la humildad, comparaciones para darnos cuenta. Suponen que: el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que es el organismo que iba renovando cada 4 años su cargo, haya tenido 6 presidentes durante este período; haya habido 7 presidentes del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo; 14 Ministros de Justicia; 5 Presidentes del Gobierno de los 7 de la Democracia; 11 legislaturas de las 14 de la Democracia.

Eduardo ha sido Juez de Paz con todos y cada uno de los 8 Presidentes de la Comunidad de Madrid. Ha participado custodiando y transportando los votos electorales a las correspondientes Juntas Electorales después de los escrutinios de 11 de las 13 elecciones generales de la Democracia, de 7 de las 8 elecciones al Parlamento Europeo, de 10 de las 12 elecciones autonómicas, de 8 de las 11 elecciones municipales. Es decir, un total de 37 elecciones de la Democracia. Eduardo con sus togas y bastones de mando de Juez de Paz ha vivido la Democracia como nadie con esta longevidad la ha debido vivir.

Con las últimas elecciones de la Comunidad de Madrid del pasado 4 de mayo, se percató de que el cansancio físico que le produjo la jornada le había afectado más de lo normal. Los comicios siempre significaban llegar a altas horas de la madrugada, pero esta vez le cansó mucho más que las anteriores. El brusco descenso en su actividad provocado por el confinamiento ante la pandemia no le había venido nada bien a sus piernas. Con la tranquilidad de haber formado a la Juez Sustituta y al Secretario Judicial y el ofrecimiento de seguir ayudándoles en el futuro, Eduardo solicitó la renuncia.

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Su Señoría Eduardo, además del título honorífico de Hijo Predilecto de Morata de Tajuña, se ha ganado el título de JUEZ DE PAZ DE LA DEMOCRACIA.

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